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¿Qué es una incubadora neonatal?

Una incubadora neonatal es un dispositivo médico utilizado principalmente para generar un ambiente en el que se controlan diferentes variables importantes para el desarrollo de los recién nacidos. Este equipo surgió debido a los constantes partos de bebés prematuros, los cuales, sin un medio adecuado que simulará el vientre de su madre, corrían el riesgo de morir.

¿Cuál es la finalidad de una incubadora neonatal?

Inicialmente, las incubadoras sólo suplían necesidades básicas de los neonatos, mediante el control de variables como temperatura, humedad y luminosidad. Su diseño era sencillo, aunque su manejo era complejo para el personal médico, lo cual implicaba mucha atención y un constante chequeo. Debido a que la incubadora se convirtió en el medio principal para la atención de neonatos, surgió una gran demanda por ésta en el sector salud.

Gradualmente, se ha trabajado en pro de mejorar aspectos como el diseño, la seguridad, el control preciso de variables, entre otros; por esto durante los últimos años la Ingeniería Biomédica se ha enfocado en el desarrollo de tecnología para estas incubadoras, de modo que cada recién nacido tenga más posibilidades de sobrevivir y su desarrollo sea óptimo, a la vez que se posibilite al personal asistencial un manejo relativamente sencillo de las variables médicas.

En la actualidad, se pueden encontrar incubadoras neonatales en prácticamente todos los hospitales y clínicas; éstas son cada vez más seguras y fáciles de controlar por el personal médico.

¿Cómo estan compuestas las incubadoras neonatales?

Es importante destacar que cada uno de los componentes mecánicos y físicos que forman la incubadora, así como los sensores que miden las diferentes variables, deben estar sincronizados y en perfecto funcionamiento para que el microambiente del neonato no se altere. Dos componentes fundamentales de una incubadora neonatal son la cúpula y el chasis. La cúpula es esencial para mantener los medios necesarios para el neonato. Por su parte, el chasis contiene la fuente de poder y los sensores que alertan en caso de falla, para la protección del neonato.

La cubierta o cúpula es la responsable de aislar al bebé y crear una barrera entre el ambiente externo y el microambiente generado por la incubadora; esto significa que lo protege de situaciones como corrientes de aire, bajas temperaturas, entre otros. La cubierta debe cumplir ciertas características especiales; debe permitir la visibilidad del bebé y estar hecha de un material que no reaccione con el oxígeno, para evitar la corrosión en casos donde sea necesaria la oxigenoterapia.

Generalmente se utiliza un material acrílico que contiene cierto porcentaje de polipropileno y otros polímeros, y tiene aproximadamente 6 mm de grosor, suficientes para aislar el ambiente externo del microambiente de la incubadora.

La cúpula debe tener diferentes puertas de acceso para facilitar el cuidado del neonato, reducir al mínimo la pérdida de temperatura y, en general, evitar cambios bruscos en el ambiente interno y el menor contacto con el medio exterior. Las incubadoras cuentan con dos puertas frontales, dos laterales y dos posteriores, cada una cubierta por un plástico especial para atenuar la pérdida de calor; además, cuentan con una puerta grande en la parte frontal, por donde se introduce el bebé.

El chasis es la base metálica de la incubadora. En él se encuentran los diferentes sensores y la fuente de poder, y sobre él se localiza el portacolchón.

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